martes, 14 de febrero de 2012

Silencio…El dolor de una enfermedad.


Salio de su cuarto, recogiéndose su largo pelo
enmarañado de rulos.
Busco a su padre y lo encontró en el estudio, inclinado
sobre su meza de dibujo. Concentrado en la búsqueda de líneas perfectas,
tratando de encontrar con trazos en borradores el diseño de algún auto que en
pocos meses seguramente saldría con todas sus luces a la venta. Es que su
profesión de ingeniero mecánico, unido a su plástica creativa con el dibujo lineal, lo calificaba
en aquellos años de General Motor en Argentina, como uno de los mejores en su
profesión. Berenice se tiro en el sofá a observarlo. Mientras lo veía servirse un trago “on de rock” se
preguntaba hasta cuando?? El alcohol lo desnaturalizaba. Ese maravilloso ser
humano se convertía en una bestia herida y brutal cuando bebía. Y cuando volvía
en si, su rostro marcado de líneas maduras, eran surcos de lágrimas amargas,
que lo hundían en la más profunda soledad. Esa enfermedad le arranco una maravillosa familia y le
estaba robando su carrera profesional. En ese presente solo le quedaba, su dinero, su enfermedad por el alcohol, el trabajo en decadencia y temporalmente su pequeña Berenice. Con la mirada sobre la figura de su padre, Berenice
se remonto hacia los recuerdos de su niñez.
Y en su mente solo veía los momentos más brutales.

Silencio… momentos de dolor. Perder un hermano.

Entro gritando llamando a su mamá, corriendo por el
comedor mientras se sacaba su guardapolvo del jardín de infantes. Cuando llego a la cocina, la encontró tirada en el
piso, su padre salía dando un portazo. Su mamá la miro con los ojos llenos de
lagrimas, se incorporo con dificultad, pero presurosa de atenderla. Le tomo de
la mano diciéndole, llama a tu hermana y acompáñenme hacia la cama, les contare
un cuento muy bonito. Y allí estuvieron las tres abrazadas por muchas horas. Pasaron varios días, y una mañana cuando llego del
colegio su papa la levanto en brazos y le dijo: mama no estará en casa por
varios días. Pero no te aflijas, iremos a verla pronto.

Varios años después Berenice conoció la historia de
aquel momento. Su madre embarazada de ocho meses, había perdido a su único hijo
varón, provocada por una patada en su vientre. Como había estado varios días
sin atención médica la infección de la muerte del niño macerado, le provoco una
infección y de urgencias la operaron haciéndole una histerectomía total. Su
madre tenía 24 años.

Dos años después

Un domingo de playa, amigos asado y camping,
volvieron los cuatro a la casa cerca de las siete de la tarde. Su padre estaba
ebrio, dando vueltas alrededor de su madre murmurándole groserías .Su figura se
parecía a una bestia a punto de atacar. Berenice jugaba con su hermana en el cuarto. De
pronto, un fuerte golpe, y un grito de auxilio puso a Berenice y a su hermana,
ante una escena de terror. Cuando su padre las vio, su descontrol ya era una
locura total. Tomo a Berenice del brazo y con un cepillo de pelo, con mango de
metal la golpeo tanto, hasta dejarla desvanecida. Cuando se despertó estaba en
una cama de hospital con un riñón lastimado. Berenice tenía seis años recién cumplidos.

Cuatro años después

Después de una semana en el cobre institucional, Berenice y su hermana volvieron a pasar el fin de
semana en su casa. Cuando
entraron volvieron a ver a su padre después de casi dos años. Berenice corrió a
abrazarlo, el la levanto en su regazo y la lleno de besos, diciéndole lo bonita
y grande que se veía. Su hermana miraba asombrada la escena. Sus padres
conversaban sobre sus vidas separadas, mientras Berenice no perdía detalle de
los momentos. Sentía un frió helado en su espalda y esperaba el momento del
terror. Hasta que llego, y fue entonces el final. Se levanto despacio y
parándose frente a el, le dijo: Vete!!!
Y no vuelvas!!! Cuando su padre pasaba por la puerta principal hacia la calle;
vio que sobre la meza quedaba un maletín y un abrigo. Se volvió tomo las cosas
de su padre y las tiro a la calle, pegando un portazo. Abrazo a su madre y a su
hermana y les hizo una promesa: No permitiré nunca mas que nos vuelva a
lastimar. Luego se fue a su cuarto y lloro hasta dormirse. Berenice
amaba profundamente a su padre. Entonces ya tenía 10 años.

No volvieron a ver su padre, hasta que Berenice,
volvió a el. Buscando la libertad, junto al hombre que amaba. Deseaba ayudarlo
y fueron muchos sus intentos, pero siempre volvía a beber.

Berenice se levanto del sofá, y ya en su cuarto se
tiro sobre la cama. Pero por alguna razón, ya no pudo llorar.

Cristina

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