lunes, 5 de marzo de 2012

Un alma quedo atrapada


Daba vueltas en la cama, somnolienta y remolona.
Abría los ojos y el sueño no se quería despertar. Se preguntaba porque tanto
sueño…?

Dio otro giro y presintiendo un síntoma conocido, suavemente apoyo sus manos en su vientre y… ahí estaba de nuevo!!! El pececito nadando… se acelero su corazón sintiendo al mismo tiempo sorpresa y certeza!!!.
Berenice con una inmensa alegría dibujándole una sonrisa, se aquieto… para sentirse latir con otro corazón y esta vez el pulso de la vida… sería hasta el final.
Se levanto lentamente experimentando la profunda infinitud de la felicidad…se contenía mesurada y agitada.
Su intimidad le gritaba a su instinto, el regalo de la vida. Con estos sentimientos, desnuda frente al espejo se miraba el cuerpo de lado. Se preguntaba: Cuánto tiempo tendrás?
Dos meses?? Tres acaso??? No importa amor mió. Se decía así misma: Amor mío…
ahora debemos cuidarnos!!! Y mucho!!! Sabes amor??? Yo cuidare de ti y tú
cuidaras de mí. Con estos pensamientos iluminándole la mirada, termino de
vestirse lentamente y salio. En la farmacia,compro un “Evatest”.
Sonreía diciéndose así misma: Ahhh solo será saber lo que ya es.!!! Y así fue.

Dulce y solitaria intimidad

De regreso un torbellino de pensamientos, la situó
sobre su realidad. Berenice amaba hasta morir, pero solo era un objeto de
placer. Sabia también, que el amor se construye de a dos, pero la soledad en su
vida tenia raíces muy hondas, por motivos que nunca comprendió. Ahora la vida
le presentaba una nueva batalla y ya la vida dejaba de ser un juego…Debía luchar
y lo haría con todas sus fuerzas y tenía la mas absoluta convicción de ganar.
Con estos pensamientos, abrió la puerta principal de su casa, paso de largo la
presencia, de su madre en el comedor, entro al cuarto de baño, confirmo su
certeza y sonriendo paso a su habitación. Encontró a su hermana sentada en la
cama que desperezándose, le pregunto: de donde vienes?? Que haces?? Te pasa algo??? Que te sucede?? Berenice
buscando su mirada, levantándole el mentón le dijo: me voy de aquí, estoy
embarazada y por las razones que tú ya conoces, Emmanuel, ni mamá no deben
enterarse. Su hermana la miraba con e infinidad de interrogantes, casi descompuesta, de tantas emociones
contradictorias. Berenice
comprendiéndola le dijo: no te preocupes, nada sucederá, voy a tenerte al
tanto de todo…Su hermana le respondió Dios mió!!!Adonde iras!!! Berenice se dio
vuelta y mirándola fijamente a los ojos, con voz calmada y firme le dijo:
cálmate! Y cerrando el bolso que alisto, se paro en la puerta, le soplo un beso
y se marcho.

Hacia el terror

Camino hasta la Costa y camino mirando el paisaje,
se sentó bajo una glorieta para pensar, después de unos momentos, se levanto
dirigiéndose hacia una pensión de estudiantes.
Pago una habitación, el resto de dinero que le quedaba, le alcanzaba solo para dos días de alimentos o un billete de pasaje de regreso a su provincia.
Sentada en la cama y sin desarmar el bolso, abrazo su vientre y dormito unas horas. Al despertar tomo su bolso, compro un billete de pasaje y volvió a su ciudad natal, refugiándose en la casa de su abuela materna.
Dos semanas después volviendo de hacer un mandado, vio de
lejos a su padre, parado al lado de una camioneta que ella conocía muy bien.
El terror corrió sobre su espalda y se detuvo. Su Padre camino hacia ella.
Berenice espero a que el, se pusiera frente a ella.
Mientras veía a los lejos salir a Emmanuel de la camioneta.
Su padre la abrazo, pero ella no pudo devolverle afecto, el la miro y le dijo: Hija escucha; tienes que volver…Berenice sin sacar su mirada a la distancia, le pregunto: que hacen aquí?? Su padre le respondió: Hija el fue a buscarme, quiere casarse contigo y como eres menor de edad, debo volver con los dos para firmar mi autorización.
Berenice le dijo: Yo no me quiero casar con el. Su padre le suplicaba con la
mirada, con los gestos, con mil palabras que Berenice ya no escuchaba.
Solo veía la figura de Emmanuel acercarse hacia ellos. El terror ya estaba en todo
su ser. No le alcanzaban ya todas las fuerzas para sostener una situación que
le sobrepasaba. Quería huir, pero el terror le había encadenado el alma. Tenia entonces dieciocho años recién cumplidos.

Berenice claudico y se aferro a la esperanza.
Ese día perdió la sonrisa, aprendiendo a sonreír solo con el corazón.
Endureciéndose para fortalecerse y luchar, hasta que una tierna sonrisa de niño o niña le sonriera cuando despierte a la vida.

Cristina

No hay comentarios:

Publicar un comentario